En Andalucía, según los últimos datos epidemiológicos, el número de personas ostomizadas es de 13.000 aproximadamente, una cifra que dentro del ámbito nacional asciende a 70.000 españoles. En nuestro país, se calcula que hay una persona ostomizada, es decir, que depende de una bolsa colocada en su abdomen para evacuar sus desechos orgánicos, por cada 1.000 habitantes.
En este sentido, desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería queremos recordar que las enfermeras estomaterapeutas son fundamentales a la hora de elegir y marcar la localización del estoma en la fase preoperatoria, así como en la prevención, diagnóstico, tratamiento, seguimiento y rehabilitación, realizando una atención personalizada encaminada a detectar las necesidades específicas de estos pacientes, previa valoración de los aspectos físicos, psíquicos y sociales.
Tal y como detalla José Luis Cobos, vicepresidente III del CGE, “las ostomías pueden ser necesarias en cualquier grupo de edad, desde neonatos hasta personas mayores. El 80% de las ostomías se deben al cáncer colorrectal -el tercero más prevalente en todo el mundo- seguido de la enfermedad inflamatoria intestinal”.
Aportaciones de las enfermeras estomaterapeutas
Existen estudios que evidencian que los pacientes que son atendidos por enfermeras expertas en estomaterapia mejoran un 15% su estado de confort y calidad de vida, y contribuyen en rebajar el coste sanitario en un 48%, al verse reducido el número de visitas y la utilización del sistema sanitario.
Según estos datos, los pacientes que reciben la atención de enfermería especializada, en tres meses tienen un coste medio directo de 525€, respecto a los 1.016€ de un paciente que no es atendido por un enfermero experto.
“Para que estos pacientes tengan una buena calidad de vida necesitan ser atendidos en el hospital por una enfermera experta estomaterapeuta, que es la profesional que les facilita la capacitación y educación sanitaria en el cuidado del estoma. Son pacientes que requieren unos cuidados integrales, individualizados y especializados que fomenten tanto su independencia y su calidad de vida como la de sus familiares y cuidadores. Las enfermeras estomaterapeutas aportan conocimiento, pericia clínica y apoyo a estas personas a lo largo de toda su vida, desde la realización de la ostomía, asegurando la continuidad de la atención, tanto en los casos de ostomías permanentes como en las temporales”, subraya Cobos.
De hecho, “se ha demostrado que su papel es fundamental en todo el proceso, ya que la especialización de los cuidados mejora la evolución y el bienestar del paciente. La actuación de una enfermera estomaterapeuta, tanto en la fase preoperatoria, intrahospitalaria y en la fase de seguimiento posterior al alta, contribuye a mejorar la calidad de vida de la persona ostomizada, con una disminución de las complicaciones postoperatorias, la mejora de la adaptación del paciente al estoma, y una menor estancia hospitalaria”, índice el vicepresidente del CGE.
Marco de actuación
Así, resulta evidente que la sociedad actual demanda unos cuidados de enfermería adecuados a la situación y con una profesionalidad demostrada. La necesidad de conocimientos específicos desde el inicio de la asistencia al paciente, y durante todo el proceso, hacen muy necesario el establecimiento de un orden de actuación, teniendo en cuenta todas las necesidades del paciente, así como las competencias de estos profesionales.
Precisamente para ello, el Consejo General de Enfermería, con el aval de la Sociedad Española de Enfermería Experta en Estomaterapia (SEDE), ha elaborado un documento que reúne el Marco de actuación de la enfermera/o experta/o en cuidados estomaterapéuticos de las personas ostomizadas, familiares y/o cuidadores. En él se define el marco de actuación que deben desarrollar los profesionales en enfermería en los diferentes niveles de atención, así como en la gestión, docencia e investigación, incluyendo la valoración y el diagnóstico enfermero, así como la planificación de las intervenciones enfermeras. Asimismo, se definen los contenidos mínimos que debe incluir la formación de estos profesionales en el ámbito de los cuidados estomaterapéuticos.
El objetivo final es que el paciente reciba en cada momento la mejor atención y se le haga un buen seguimiento, con el propósito de que exista un mejor control de todo su proceso. En este contexto las enfermeras, sin duda, ejercen un liderazgo y un protagonismo en los cuidados de estos pacientes y sus familias. Al fin y al cabo, fortalecer su papel refuerza también a nuestro sistema sanitario, mejorando los cuidados y la calidad de vida de los pacientes ostomizados.