• La investigación enfermera ayuda a desarrollar el conocimiento que guía y apoya la práctica y disciplina de la Enfermería. Una herramienta clave para optimizar los servicios en la atención a la salud.
• Sin embargo, muchos profesionales investigadores denuncian la falta de tiempo para investigar, la ausencia de estructuras de apoyo institucional, la escasa financiación y la dificultad de acceder a herramientas que resultan esenciales a la hora de desarrollar una investigación sobre Enfermería. Hoy, hablamos con María Gálvez, enfermera investigadora colegiada de Málaga y una de las galardonadas en la última edición de los Premios de Investigación del Colegio, para conocer más en profundidad esta situación.
La investigación resulta fundamental para el desarrollo de cualquier ámbito de la sociedad que podamos imaginar. Por ejemplo, gracias a la investigación en salud se descubren nuevas curas para abordar las patologías con mayor prevalencia en la sociedad, se crean vacunas para prevenir enfermedades y se desarrollan técnicas innovadoras, no invasivas, relacionadas con esa labor asistencial, de cuidado y diagnóstico. En definitiva, la investigación ayuda a preservar la buena salud de la ciudadanía.
Un campo donde la investigación enfermera viene ganando peso entre los profesionales sanitarios de Andalucía. Una herramienta indispensable en el área de la salud, sirviendo de ayuda para desarrollar el conocimiento que guía y apoya la práctica y disciplina de la Enfermería, así como optimizando y mejorando la efectividad, accesibilidad y asistencia de los servicios en la atención a la salud.
Sin embargo, muchos profesionales investigadores denuncian la falta de tiempo para investigar, la ausencia de estructuras de apoyo institucional, la escasa financiación y la dificultad de acceder a herramientas que resultan esenciales a la hora de desarrollar una investigación sobre Enfermería. Hoy, hablamos con María Gálvez, enfermera investigadora colegiada de Málaga y una de las galardonadas en la última edición de los Premios de Investigación del Colegio, para conocer más en profundidad esta problemática.
P: En primer lugar, una pequeña introducción para conocerte. ¿Por qué decidiste ejercer la Enfermería?
R: Mi nombre María Gálvez González y desde el año 2010 trabajo en Atención Primaria para el Distrito Costa del Sol; actualmente en el centro de salud de La Carihuela, en Torremolinos. Anteriormente trabajaba en el Hospital Regional de Málaga, en la unidad de cuidados intensivos. Sin embargo, aunque la AP me tiene completamente enamorada, debo confesar que todavía, a día de hoy, me considero enfermera de críticos.
¿Por qué decidir ejercer esta maravillosa profesión? ¡Qué complicado contestar esta pregunta! Desde muy pequeña me encantaban las matemáticas y quería estudiar matemáticas para ser profesora. Pero la enfermería y el arte de curar heridas se cruzó en mi camino. Unos tíos míos tuvieron un accidente de tráfico cuando yo tenía 16 o 17 años; a consecuencia del accidente, quedó todo el núcleo familiar lesionados con heridas, traumatismos, etc. Así que me fui a casa de mi tía a echarles una mano y asumí las curas y el cuidado de toda la familia. Recuerdo, con mucho cariño, al enfermero que venía al domicilio una vez por semana para revisar las heridas, gracias a él soy enfermera. A la vista de mis imprevistas habilidades para curar heridas y guiar ejercicios de rehabilitación, este señor, le comentó a mi madre que tenía madera de enfermera. Desde ese momento mi madre incentivó a la enfermera que hay dentro de mí y me convenció, literalmente, para que estudiase enfermería. A pesar de ello, cursé primero con la condición de que, si no me gustaba, abandonaría la enfermería para iniciar matemáticas, pero esto no ocurrió, poco a poco me apasionó y me sigue apasionando día a día.
P: ¿Cómo fue tu primera toma de contacto con el mundo de la investigación enfermera?
R: Al terminar de estudiar entré en el mundo laboral y asistencial de lleno. No había tiempo para otra cosa que no fuese estudiar lo que no me sabía de mi práctica clínica, trabajar y estar pendiente de la bolsa por si me llamaban.
Una vez estabilizada esta situación empecé a sentir que necesitaba algo más que la práctica asistencial, siempre fui bastante inquita. Hice el CAP, empecé a hacer algo de docencia, a leer mucho, a formarme, etc. Hasta que me encontré en mi camino a Susana Padín que, por aquel entonces, estamos hablando del año 2005 más o menos, era enfermera responsable de investigación del Hospital Regional de Málaga. Ella supo reorientar mi inquietud hacía la investigación y gracias a ella conocí el programa QUID-INNOVA. Este era un programa de capacitación en investigación que desarrollaba la Fundación Índex para el Servicio Andaluz de Salud, estaba destinado a formar a enfermeras en metodología de investigación. Como trabajo final solicitaban la redacción de un proyecto de investigación que era tutorizado por los docentes del programa formativo. Susana nos ayudó a buscar financiación para este proyecto. Fue un arranque muy motivador: era el primer proyecto que elaborábamos, la primera vez que mi equipo y yo nos presentábamos a financiación competitiva y conseguimos financiación con una valoración muy buena por parte de los evaluadores.
P: ¿Por qué es importante que las enfermeras investiguen y lo hagan sobre la propia ciencia enfermera?
R: La enfermería es una profesión, y como bien has dicho una ciencia, y como tal tenemos un cuerpo propio e independiente de conocimientos. La forma que tenemos de hacer crecer ese cuerpo de conocimientos es, sin lugar a dudas, a través de la investigación, como en cualquier otra rama de la ciencia.
Además, la ciencia enfermera es una ciencia joven, con cuerpo independiente de conocimientos de poco más de un siglo. En comparación con otras ciencias con las que convivimos, nuestra trayectoria está empezando ahora; por este motivo, para las enfermeras no tan solo es importante investigar, como en cualquier ciencia, sino urgente. Es urgente que nos preguntemos qué conocimiento sustenta todas y cada una de las intervenciones que realizamos a diario; que nos preguntemos si lo que estamos realizando lo estamos haciendo de la mejor manera posible o si existe una forma mejor, más eficaz o eficiente de hacerlo; es urgente que generemos ríos tinta acerca de las intervenciones circunscritas a nuestras competencias profesionales y esto tan sólo es posible por medio de la investigación.
La investigación, en definitiva, permite mejorar nuestra práctica clínica y adaptarla a las cambiantes necesidades de cuidados de las personas, las familias, las comunidades y las sociedades de nuestra era. Es el motor que mueve el avance y desarrollo de las enfermeras: un arma de empoderamiento profesional que nos aporta confianza y seguridad. Sin investigación no hay futuro para la enfermería, ni para la ciencia en general.
P: Una de las dificultades fundamentales que tiene la profesión enfermera en cuanto a investigación viene provocada por la falta de tiempo para dedicarse a ella, al no estar contemplada específicamente dentro de su jornada laboral, como sí tienen otras disciplinas.
R: Bajo mi experiencia, a excepción de contados médicos especialistas que disponen de autonomía para gestionar su tiempo y, por tanto, tienen libertad para destinar una parte de su jornada a desempeñar actividad investigadora, la falta de tiempo no es exclusiva de las enfermeras; es un problema al que se enfrentan, prácticamente, todos los investigadores. Por ejemplo, un médico de familia tiene en su agenda de trabajo contemplado el mismo tiempo para investigar que una enfermera, es decir, ningún tiempo. Por tanto, no debemos, apropiarnos de esta dificultad porque no ayuda a salvar este hándicap; no ayuda a motivar a las enfermeras para que se impliquen en esta actividad; no ayuda a posicionarnos adecuadamente en el campo de la investigación; y, sobre todo, no ayuda a desarrollar estrategias conjuntas con otros colectivos para abordar esta problemática.
Los profesionales que investigan, en la mayor parte de los casos, utilizan una gran cantidad de tiempo personal, que suelen restar a su ocio, a la familia, a los amigos, etc., para el desarrollo de sus investigaciones; y digo sus investigaciones porque al no tener tiempo destinado dentro de su jornada de trabajo da la impresión, que es más que una actividad para generar conocimiento científico, están realizando un hobby. La investigación no es un hobby es una competencia. Y si es una competencia debería tener los incentivos que tiene otras competencias como las asistenciales; es más ¿Por qué un sistema sanitario que mide resultados en investigación por medio objetivos vinculados a los acuerdos de gestión clínica y contrato programa no pone a disposición de sus profesionales tiempo para desempeñar esta labor? Pues no se me ocurre otra respuesta a esta pregunta que falta de cultura investigadora. Más que hablar de falta de tiempo, que sin duda la hay, hay que ir al fondo del problema la falta de cultura investigadora que impregna a todo el Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA), a los gestores y a los propios profesionales. Trabajamos para un sistema centrado en la asistencia; en consonancia nuestros gestores se centran en la parte asistencial y la mayor parte de nosotros también. Sin embargo, la práctica clínica necesita de la investigación para nutrirse, para actualizarse, para mejorar, para avanzar, etc. Estamos en la obligación de ofrecer los mejores cuidados y no sabremos cuáles son si no investigamos.
P: Esto supone una clara desventaja a la hora investigar, ¿Cómo podría revertirse esta situación?
R: Esta situación solo se podrá revertir cuando exista una apuesta real por la investigación por parte de la administración pública, con recursos económicos y humanos. Hasta que esto ocurra la primera línea de acción pasa por conocer y aprovechar, al máximo, los recursos que la administración ya está poniendo en manos de las enfermeras. En este sentido, tenemos 2 recursos: Becas para intensificación investigadora y los puestos de nueva designación con actividad investigadora reconocida en la jornada laboral
En cuanto a las becas para la intensificación investigadora son ayudas económicas que se conceden a las unidades de gestión clínica que lideran proyectos de investigación financiados con fondos públicos y cumplen una serie de requisitos, en lo que no vamos a entrar con detalle. Con la concesión de este tipo de ayuda se puede conseguir liberar hasta el 50% de la jornada asistencial del investigador principal (IP) para destinarla a la actividad investigadora.
Y respecto a los puestos de nueva designación con actividad investigadora reconocida en la jornada laboral, se ha aprobado en mesa sectorial a principios del mes de noviembre de este año dos figuras: enfermera clínica-investigadora y enfermera especialista clínica-investigadora. Estos puestos todavía no están activos, pero lo estarán, estas profesionales tendrán hasta un 60% de su jornada laboral destinada a desarrollar y liderar investigaciones.
Estos recursos son insuficientes pero alentadores puesto que, tal y como yo lo veo, indican un giro en la gestión de la actividad investigadora desde la administración.
¿De qué otra forma podríamos conseguir recursos en términos de tiempo para investigar? Todo lo que no esté recogido en tu jornada de trabajo como actividad a desempeñar en la misma queda a expensas de favores, sensibilidades, motivaciones, afinidades, etc., en resumen, a la voluntad de cada uno. Aludiendo a esa voluntad no se me ocurre mejor estrategia que APOYAR, con mayúsculas, a los que investigan. Todos nos beneficiamos de los resultados de la investigación, por ello, es muy necesario que apoyemos, de una forma u otra, a las enfermeras que investigan y a las que tienen inquietud por hacerlo. Investigar requiere siempre un esfuerzo enorme, sin tiempo adjudicado para ello todavía más, sin embargo, algunas veces, en vez de encontrar aliados en los equipos de trabajo encontramos resistencias inexplicables. No seamos la resistencia inexplicable y, si podemos, dotemos a estas enfermeras de algo de tiempo para investigar: favorecer este trabajo es misión de todos y todas.
P: ¿Qué otras dificultades encuentran una enfermera actualmente en la provincia de Málaga a la hora de querer desarrollar una investigación?
R: Dificultades muchas. Desde mi experiencia, la mayor dificultad a la que se enfrentan los profesionales de enfermería que se inician en el campo de investigación es la falta de fuentes de financiación sensibles a la ciencia enfermera. En este sentido, tenemos dos problemas: de forma general hay escasos recursos económicos destinados a la investigación, lo que provoca que la financiación sea muy competitiva, y, por otro lado, los deficientes recursos económicos de los que disponemos son poco sensibles a la ciencia enfermera, lo cual nos resta oportunidades.
En el contexto de las fuentes de financiación otro hándicap es el alto nivel de experiencia investigadora que se exige en este tipo de convocatorias para conseguir financiación. Este hándicap, tampoco es exclusivo de las enfermeras, es de todos los investigadores noveles, pero nos afecta en mayor medida porque nuestra tradición investigadora es menor al de otras disciplinas y nuestra masa crítica de investigadores es, también, menor.
Otra dificultad, para a mí la mayor de todas, es los problemas que tenemos a la hora de configurar equipos estables de investigación. Conseguir un equipo de investigadores cohesionado, competente y estable con el que trabajar no es tarea fácil. Y sin equipo no hay posibilidad de consolidar las líneas de investigación que se abren; por otro lado, este aspecto también resta oportunidades para conseguir financiación. En general, hay escasos grupos de investigación estables, lo que supone una amenaza para la investigación.
Otros obstáculos tienen que ver con la falta de estructuras, cercanas al profesional, que apoyen la investigación y con las trabas administrativas (Conseguir permisos, gestionar proyectos, etc.) que consumen una gran cantidad de tiempo y energía. Lo dejo aquí para no extenderme demasiado. Éstas serían, desde mi perspectiva, las principales dificultades que tenemos.
P: Principales retos actuales de la investigación enfermera en Andalucía
R: Bueno, los retos, como colectivo, tal y como yo los siento, tienen que ver, principalmente, con aquellas oportunidades que no estamos aprovechando debido a nuestra falta de tradición investigadora. Durante décadas la investigación no ha estado presente en la formación académica de las enfermeras; muchas de las enfermeras que estamos en activo en este momento no hemos recibido formación en esta área durante nuestra carrera universitaria. En aquel entonces la investigación solo era accesible para determinadas enfermeras, se nos formaba para la práctica clínica y esta carencia sigue pesando a día de hoy. Por tanto, el reto que tenemos es creérnoslo y aprovechar las oportunidades reales que ahora tenemos y que hace menos de 20 años no existían. Es posible capacitarse para investigar a través del doctorado y de IFeMI (Itinerario de Formación en Metodología de la Investigación) de la Escuela Andaluza de Salud Pública, este último gratuito para trabajadores del SSPA con inquietud por la investigación. Y si es posible capacitarse, es posible investigar.
No obstante, no pretendamos aprender a investigar estudiando metodología de investigación; a investigar se aprende, básicamente, investigando, como a nadar se aprende nadando. Una vez formada, el gran reto es pasar a la acción. En algún momento, hay que enfrentarse a la redacción de un proyecto, a la agotadora búsqueda de financiación, a la recogida de datos, al análisis, a la publicación de los resultados, etc. y desde ahí seguir aprendiendo.
P: Tres claves para mejorar la situación de la investigación enfermera en Andalucía
R: En mi opinión, para mejorar la situación de la investigación enfermera en Andalucía necesitamos estrategias colectivas y reivindicaciones contundentes desde los colegios profesionales, mesas de negociación, asociaciones científicas, etc. Y si tengo que elegir 3 claves serían las siguientes:
- Solicitar que se creen convocatorias de financiación específicas para grupos de investigación emergentes. Cada año crece el número de enfermeras capacitadas en metodología de investigación; para aprovechar todo este talento se necesita una oportunidad para que los primeros proyectos de investigación de estas enfermeras tengan opciones reales de financiación; una oportunidad en la compitan con profesionales noveles de otras disciplinas, pero no con profesionales con amplia trayectoria investigadora.
- Intensificar a todos los IP de proyectos financiados con fondos públicos de forma automática. Un proyecto que consigue financiación es un proyecto que tiene amplias garantías de salir adelante. Mejorar esta garantía dotando de tiempo, por lo menos, al IP, que es la persona responsable del proyecto y, por tanto, uno de los investigares que va a trabajar más duramente en la investigación, es una estrategia que afrontaría directamente uno de los problemas más notables de los investigadores: la falta de tiempo.
- Mejorar el reconocimiento curricular de la investigación. Tenemos que optimizar los sistemas de reconocimiento de la actividad investigadora en las bolsas de trabajo, ofertas públicas de empleo, traslados, etc. A los profesionales les tiene que valer su actividad investigadora para estabilizar su puesto de trabajo; la baremación de esta actividad está obsoleta e infravalorada. Para poder cazar el talento joven y emergente, para poder implicar a las enfermeras en esta actividad, necesitamos urgentemente que se mejore esta baremación. Si el medio más potente que tienen los profesionales para estabilizar su puesto de trabajo es, básicamente, la actividad asistencial, apostarán por la actividad asistencial, sin lugar a dudas.
Para terminar, me voy a permitir una licencia poética y la libertad de dirigirme a mis compañeras y compañeros de profesión: “Es hora de superar el paradigma de lo meramente práctico; la investigación es una competencia de las enfermeras, como otra cualquiera, no es una actividad elitista, como algunas personas piensan, y, sobre todo, no es una actividad de ocio para desarrollarla en el tiempo libre de las enfermeras. Es una actividad necesaria que pivota los cambios de la práctica clínica y el desarrollo de nuestra profesión. Si quieres investigar, fórmate, doctórate, busca a los investigadores en salud y las oportunidades para hacerlo. Y si no quieres investigar apóyanos, danos visibilidad, y no permitas que nos sintamos solas. Solo hay un conocimiento enfermera y es de todo el colectivo. Recuerda que los que investigan son como tú, enfermeros y enfermeras, que se enfrentan a diario a múltiples dificultades y las que investigan, normalmente, solas. Entre todos sigamos haciendo realidad el sueño de la investigación.”