El citado documento alerta de un incremento de la violencia en el Sistema Nacional de Salud con un total de 10.170 agresiones a profesionales sanitarios durante el segundo año de crisis. Del total de episodios, atendiendo a la categoría profesional, 2.758 fueron a enfermeras, 3.332 a facultativos, 1.615 a administrativos, 1.225 a técnicos de Cuidados en Enfermería y 632 a celadores.
Desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE) apelamos a la sensibilidad de la población y la implicación de las administraciones para evitar este tipo de situaciones, “protegiendo y defendiendo en todo momento a los profesionales sanitarios bajo el objetivo de erradicar este problema que afecta a nuestra calidad de vida como proveedores de servicios de salud, así como a la calidad de la atención brindada a la población”.
El Ministerio de Sanidad ha publicado el “Informe de agresiones a profesionales del Sistema Nacional de Salud” relativo al año 2021. Un documento que alerta de un aumento directo de agresiones, físicas y no físicas, registrando un total de 10.170 agresiones a profesionales sanitarios en el conjunto del Sistema Nacional de Salud durante el segundo año de la crisis del COVID-19. Del total de episodios, atendiendo a la categoría profesional, 2.758 fueron a enfermeras, 3.332 a facultativos, 1.615 a administrativos, 1.225 a técnicos de Cuidados en Enfermería y 632 a celadores.
Por su parte, esta cifra, que supone una tasa de 15,71 notificaciones por cada 1.000 profesionales del SNS, crece un 2,24% más con respecto a la del 2020, cuando se registraron 8.532 agresiones. Como ha comentado José Miguel Carrasco, presidente del CAE, “desde este Consejo venimos advirtiendo, desde el inicio de la crisis sanitaria del incremento en las amenazas y agresiones a profesionales sanitarios, derivadas del aumento de la presión asistencial en las reiteradas olas y la crispación social emergente”.
Radiografía de las agresiones
En línea con el informe del pasado año, en el 2021, el 77% de las agresiones corresponden a mujeres, frente a un 23% de hombres. En añadido, la mayoría de agresiones se produjeron a profesionales de mediana edad, entre 35 y 55 años, suponiendo un 52% del total, frente a un 25% a los menores de 35 años y un 23% a los mayores de 55.
Referente al nivel asistencial, destaca la incidencia de agresiones en la Atención Primaria y extrahospitalaria, con 32,27 notificaciones por cada 1.000 profesionales. Mientras, en atención hospitalaria fue de 8,37. Y por categoría profesional, el personal facultativo (23,34%) y administrativo (19,47%) reportaron el mayor volumen de agresiones. Les siguieron los profesionales de Enfermería (14,64%), los celadores (12,78%) y los TCAE (12,52%).
Perfil del agresor
En este sentido, el informe analiza el perfil del agresor, ofreciendo datos relevantes como que en el 74% de las ocasiones es el propio usuario o paciente el que hace la agresión, por un 26% que lo hace un familiar o acompañante. Además, resalta que el 59% de los que agreden son hombres y que en torno al 19% de todas las personas que agredieron en 2021 fueron reincidentes.
Tipo de agresión
En cuanto al tipo de agresión, los episodios “no físicos” alcanzan el 85% de las notificaciones. Ejemplo de ellos son los insultos, coacciones o amenazas que en muchas ocasiones reciben los profesionales sanitarios. Por su parte un 15% fueron agresiones físicas, contabilizando la preocupante cifra de 1.483 actos de violencia física hacia profesionales sanitarios en 2021.
De las causas de agresión más recurrentes se encuentran aquellas relacionadas con la atención percibida por el usuario (35,88%), seguidas por las relacionadas con las demandas del usuario (23,74%), por las que son ajenas a la organización o a la asistencia prestada (20,34%) y las relacionadas con el propio acto sanitario o administrativo realizado (20,04%).
Protección y conciencia social, claves para erradicar esta problemática
Desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE) subrayamos la importancia de fomentar la concienciación y sensibilización del grave problema que representa una agresión a un profesional sanitario. “Con este tipo de actuaciones, se rompe la relación de confianza que tanto caracteriza a la profesión de enfermería con respecto al paciente. Por ello, como venimos realizando, apelamos a la implementación de medidas eficaces para evitar estas situaciones tanto de protección de profesionales como de concienciación de la sociedad, clave en la lucha para erradicar esta lacra”, ha apuntado José Miguel.
En este sentido, el Presidente ha vuelto a recordar que no es la primera vez que desde los colegios profesionales se solicitan adoptar aquellas medidas pertinentes para dotar los centros de salud y urgencias hospitalarias de los recursos humanos, de protección y de personal necesarios para que los enfermeros puedan desarrollar sus obligaciones con normalidad.
Por último, el colectivo ha recordado la importancia de denunciar cualquier caso de agresión, física o verbal. “Alentamos a la sensibilidad de la sociedad y pedimos a nuestros compañeros de profesión que promuevan un aumento de conciencia sobre la importancia de denunciar para poner fin a este problema que afecta a nuestra calidad de vida como proveedores de servicios de salud, así como a la calidad de la atención brindada a la población”, ha explicado.