• La enfermera especialista en Geriatría y Gerontología es clave para fomentar el envejecimiento activo y saludable entre la población; liderando las intervenciones para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad y garantizando la calidad asistencial y el bienestar en la atención a las personas mayores. Hoy, el Colegio se adentra en la vida de Estefanía Martín, enfermera experta en este ámbito, para conocer más acerca de la importante labor que desarrolla esta figura, en pro del bienestar de cientos de malagueños y malagueñas.
La enfermera tiene un papel clave como educadora de la población mayor. Muy especialmente si hablamos de la enfermera especialista en Geriatría y Gerontología. Una figura que, en pro del bienestar de las personas mayores, lidera intervenciones para fomentar la adopción de comportamientos saludables en distintas áreas primordiales como son la actividad física, la alimentación, la salud mental, el ocio y las relaciones sociales, así como en el control de la medicación y la vacunación.
Por todo ello, la Enfermería resulta clave para fomentar el envejecimiento activo y saludable entre la población; abordando acciones fundamentales para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad; así como garantizando la calidad asistencial y el bienestar en la atención a las personas mayores. “Los profesionales de la Enfermería vienen desarrollando una labor encomiable, aunque por desgracia poco reconocida y remunerada en relación con su esfuerzo, compromiso, cualificación e implicación, tanto desde el ámbito de la atención comunitaria, principalmente a través de las visitas domiciliarias, como en los centros residencias o para personas mayores” ha resaltado José Miguel Carrasco, presidente del Colegio de Enfermería de Málaga.
Por todo ello, hoy, el Colegio se adentra en la vida de Estefanía Martín, enfermera experta en este ámbito, para conocer más acerca de la importante labor que desarrolla esta figura, en pro del bienestar de cientos de malagueños y malagueñas.
P: En primer lugar, ¿Sabrías explicarnos por qué es importante fomentar el envejecimiento saludable entre la población?
R: El envejecimiento forma parte de la naturaleza de cada individuo. Es preciso analizarlo desde una perspectiva natural, como un proceso común en el que el plano mental y físico se ve enfrentado a una serie de cambios. En este sentido, resulta esencial concienciar a la población para que esos cambios nunca sean percibidos como pérdidas, ya que no tienen por qué mermar la calidad de vida de las personas mayores.
De hecho, ocurre todo lo contrario. Un envejecimiento saludable es sinónimo de ganancias, y esto es muy importante, ya que tenemos la oportunidad de gozar de un estilo de vida activo, en el que además de prevenir problemas de salud, podemos disfrutar de esta nueva etapa de una forma consciente, plena y feliz.
P: La enfermera especialista en geriatría es clave para la atención a la persona mayor, la cronicidad y sus consecuencias. ¿Qué tipo de intervenciones realizan las enfermeras para promocionar la adopción de comportamientos saludables y cuáles son las recomendaciones más importantes?
R: Las enfermeras tenemos la oportunidad, a través de la educación para la salud, de promover conductas y comportamientos que generen un estilo de vida saludable en las personas mayores. Esto, en términos generales, se traduce en una serie de consejos claves y muy importantes como puede ser el hecho de mantener una correcta y equilibrada alimentación, siempre adecuada e individualizada a las necesidades de cada persona o realizar actividad física de forma regular y evitar el sedentarismo. En este caso, siempre recomendamos, si no se ha mantenido una rutina de ejercicios, comenzar de forma paulatina y progresiva.
De otro lado, una esfera primordial es cuidar de la salud mental, manteniendo una mente ocupada y activa, así como conservar y dar prioridad a las actividades de ocio de las que uno disfruta y se siente realizado, compartiendo tiempo con las personas que nos rodean y dan apoyo.
También es importante aprender a evitar conductas de riesgo y hábitos tóxicos como fumar o beber alcohol, además de prevenir caídas, crear entornos seguros y asumir un papel activo en el cuidado de la salud, asistiendo a controles médicos regulares y conociendo las patologías y/o los medicamentos pautados, así como las recomendaciones para tomarlos correctamente.
Por último, siempre explicamos que resulta esencial pedir consejo y ayuda siempre que se necesite. Es importante con el profesional de la salud para solventar cualquier inquietud o duda que surja durante todo el proceso.
P: ¿Considera que la crisis del COVID-19 ha ayudado a que la sociedad valore la aportación de la enfermería en la atención y cuidado del paciente mayor?
R: La época vivida y todo lo sufrido con el COVID-19 ha generado algo positivo, y es precisamente que la sociedad ha podido conocer más de cerca, muchos en primera persona, la necesidad de un sistema sanitario fuerte y dentro de este, como figura clave en el cuidado, la insustituible labor que desempeña la enfermera.
En mi opinión particular, la pandemia ha puesto de manifiesto la importancia de la enfermería para cuidar de la población, en momentos de enfermedad y también para prevenirla. Gracias a esto la enfermería se reconoce dentro de la sociedad como indispensable.
P: ¿Cómo considera la Enfermería que se puede mejorar la situación que actualmente se vive en muchos centros residenciales?
R: El hecho de que la tercera edad haya sido el grupo de población más castigado durante la crisis del coronavirus, en especial, las personas mayores institucionalizadas en residencias, ha puesto sobre la mesa las carencias y la obligación de mejorar la calidad asistencial.
No solo para que no se vuelva a repetir este cruel escenario, sino también para reorganizar desde la base los cuidados que reciben nuestras personas mayores que viven en estos centros y brindarles el bienestar que merecen.
Y estas mejoras deberían comenzar por aumentar la ratio de personal, bajo el objetivo de garantizar un cuidado especializado, profesional y personalizado, una atención centralizada en la persona, en la que se pueda atender a cada individuo de forma holística, a nivel físico, mental, social y espiritual, dando respuesta a cada una de las necesidades que van surgiendo a lo largo del proceso de envejecimiento, y logrando una óptima calidad de vida.
Es necesario saber aprovechar la oportunidad de mejora que nos ha ofrecido la pandemia y avanzar dejando atrás, de una vez por todas, el obsoleto sistema de cuidados estandarizados, horarios estrictos y actividades programadas donde en el cuidado cotidiano, muchas veces también por falta de tiempo, no se respetan los deseos de cada persona. Todo ello bajo el objetivo de abrir camino a una atención profesional y basada en el conocimiento científico, donde el centro y la prioridad sean las personas usuarias, y desde una perspectiva multidisciplinar, cercana y flexible, logremos respetar y cubrir las necesidades, deseos, costumbres, valores y preferencias que cada ser humano con su historia de vida, tiene de forma inherente a su persona.