El Consejo Andaluz de Enfermería señala que conseguir que la mayor parte de la población esté vacunada con la pauta completa es primordial para superar la mayor crisis sanitaria de la historia reciente
Las enfermeras españolas ya han administrado más de 54 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19. Un hito que sitúa al país en lo más alto de la vacunación en el mundo y que pone de relieve la gran profesionalidad de todos aquellos que están trabajando sin descanso en la mayor campaña de vacunación de la historia. Conseguir la tan ansiada inmunidad de grupo es el principal objetivo frente a esta crisis y administrar las segundas dosis en los tiempos marcados por las autoridades sanitarias (21 días en el caso de la vacuna de Pfizer y 28 en la de Moderna) es imprescindible para lograrlo.
“A nivel individual, retrasar unas semanas la dosis puede no tener ningún efecto, pero, cuando el objetivo de la población es conseguir una inmunidad de grupo, el hecho de retrasarla sí puede ser un problema”, afirma Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería (CGE).
Ante aquellas instituciones o administraciones que valoran retrasar estas segundas dosis, Fontán insta a que se inoculen en tiempo para continuar con el avance conseguido hasta este momento. “Aunque la ficha técnica sí que permite el retraso de algunas semanas, consideramos que es muy importante completarlo lo antes posible para mantener esa inmunidad de grupo y alcanzar el mayor grado de inmunización lo antes posible”, destaca esta enfermera. Además, las personas tienen que saber que no están protegidas con una sola dosis y que se están produciendo numerosos contagios tras la primera inoculación.
Por ello, desde el Consejo Andaluz de Enfermería, en la línea de lo expresado por el CGE, se insta a las administraciones a gestionar de manera precisa esta campaña. Además de una vacunación imparable, la quinta ola de contagios también parece no tocar techo, situación que preocupa enormemente a los sanitarios que se encuentran día a día trabajando sin descanso desde hace ya un año y medio. En este sentido, desde el Consejo Andaluz de Enfermería también se recuerda la importancia de continuar con las medidas de prevención y se insta a la responsabilidad individual para prevenir rebrotes.
Para las enfermeras, es fundamental que la gente comprenda que, a pesar de estar vacunados, se puede contraer el virus y pueden tener secuelas como el COVID persistente, aunque los síntomas hayan sido leves. De hecho, según los propios datos del Ministerio de Sanidad, el 5% de los ingresados actualmente por COVID-19 son personas ya vacunadas con la pauta completa. El resto de los infectados no tienen la vacuna o la tienen incompleta. Por esto mismo, la Organización Colegial recalca que la vacunación funciona y es primordial continuar con ella lo más rápido posible.