La profesión enfermera de Andalucía recuerda que diversos estudios demuestran que la actividad física practicada de forma regular cuenta con grandes beneficios para la salud y calidad de vida de la población en edad adulta.
“No realizar actividad física empeora nuestra condición física y mental, lo que a su vez aumenta el riesgo de padecer enfermedades” ha explicado José Miguel Carrasco, presidente del Consejo Andaluz de Enfermería.
Durante el proceso de envejecimiento se producen múltiples cambios que influyen en diferentes áreas del organismo. Sin embargo, gracias a la práctica saludable y regular de actividad física se puede mejorar la calidad de vida y disfrutar de esta nueva etapa con la mayor autonomía y sensación de bienestar.
Por ello, la profesión enfermera de Andalucía quiere animar a toda la ciudadanía a cuidar su salud física y mental, sin dejar de ejercitarse durante la edad adulta y siendo consciente de los beneficios que la práctica deportiva puede aportar a nuestro día a día.
Como ha explicado José Miguel Carrasco, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería, “no realizar actividad física perjudica a la condición física y mental, incrementando el riesgo de padecer enfermedades. La realización constante y controlada de ejercicio es primordial, permitiendo mejorar la calidad de vida durante esta etapa natural del ciclo vital”.
Beneficios para población adulta
De acuerdo con las recomendaciones emitidas por el Ministerio de Sanidad para fomentar el envejecimiento activo y saludable, practicar de manera habitual actividad física cuenta con grandes beneficios para la población en edad adulta. Entre otros, destacan los siguientes:
- Fortalece los músculos mejorando la capacidad funcional y disminuyendo el riesgo de sufrir caídas. También, previene la pérdida de masa ósea (osteoporosis).
- Mejora el bienestar mental, reduce los síntomas de ansiedad y estrés, mejora el sueño y reduce el riesgo de depresión. Además, incrementa la percepción de bienestar y sensación de satisfacción con el propio cuerpo.
- Mejora la función cognitiva, favoreciendo un envejecimiento activo y saludable.
- Mejora el bienestar social. Fomenta la sociabilidad y aumenta la autonomía y la integración social, especialmente en personas con discapacidad.
- Ayuda a disfrutar de una buena calidad de vida.
- Contribuye a mantener un peso adecuado; la actividad física es un factor determinante en el consumo de energía, por lo que es fundamental para conseguir el equilibrio energético y el control del peso.
- Reduce el riesgo de padecer obesidad.
- Reduce el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades como: diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, cáncer de mama o colon, hipercolesterolemia (colesterol elevado), aumentando el colesterol “bueno” (HDL) y disminuyendo el “malo” (LDL).
- Mejora la evolución de algunas enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia u obesidad, una vez se han desarrollado.