Desde el Colegio de Enfermería de Málaga hablamos con Gema Lasa, enfermera especialista en Enfermería del trabajo del Hospital Regional de Málaga para ver conocer de primera mano cómo esta figura profesional se ha ido desarrollando desde la crisis sanitaria, experimentado un crecimiento exponencial.
La Enfermería del Trabajo es, tal vez, una de las especialidades enfermeras más desconocidas y valiosas que existen en la actualidad. Incluso si le preguntamos a muchos profesionales egresados de Enfermería, quizás no hayan oído hablar de esta figura profesional sanitaria especializada que aborda la salud de las personas en relación con el medio laboral, trabajando a favor del bienestar físico, emocional y social del trabajador.
Gema Lasa desarrolla su labor como enfermera especialista en Enfermería del Trabajo; una parte esencial encargada de cuidar al equipo de profesionales sanitarios del Hospital Regional de Málaga desde que prácticamente llegó la crisis sanitaria del COVID-19. Hoy, el Colegio, ha querido hablar con ella para conocer de primera mano cómo se ha ido desarrollando la figura profesional de la enfermera del trabajo desde la pandemia, así como las principales funciones que vienen asumiendo en la actualidad.
La madre de Gema es auxiliar de Enfermería y desde muy pequeña, esta colegiada de Málaga cuenta cómo, a medida que lo iba descubriendo, le entusiasmó el mundo sanitario y la esencia del cuidado. “No eran pocas las veces que me escapaba para desayunar con ella en su planta o pasar rato en familia, me gustaba el entorno, las historias que mi madre me contaba y la idea de ayudar a los demás” explica Lasa.
Como la mayoría de Enfermeras especialistas del trabajo, Gema ha dedicado su trayectoria profesional a ejercer en el ámbito privado fundamentalmente desde que se graduó. “Era bien conocido por todas las compañeras que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) no te garantizaba la accesibilidad, continuidad y estabilidad que podías conseguir por la privada. Hoy en día, parece ser que empieza a existir cierta intención para revertir esta situación, dando voz a la necesidad de implantar esta figura profesional especializada en pro del bienestar de la salud de los trabajadores malagueños” prosigue la enfermera.
Andadura de la Enfermera del Trabajo
La figura de enfermera de salud laboral ya existía en 1956. “El sistema de acreditación como enfermera de empresa pasaba por obtener un diploma para los ATS que, bajo el título de ATS de empresa expedía la Escuela Nacional de Medicina de Trabajo” explica la colegiada.
Y es que, como reseña Gema Lasa, la enfermera especialista del trabajo viene sufriendo desde hace años un crecimiento exponencial. Una figura que se afianza aún más en 1995 como pilar básico y necesario de la Unidad de Medicina del Trabajo con la llegada de la nueva legislación de Prevención de Riesgos Laborales (PRL), la cual contempla y regula a la conocida popularmente como “enfermera de empresa”. De hecho, como remarca la colegiada, “la propia ley de enfermera de empresa obliga desde este momento a las empresas que se dediquen a la vigilancia de la salud a que contraten una enfermera especialista en salud laboral”.
Sin embargo, a pesar de la importancia que con los años ha ido adquiriendo la salud laboral, el Servicio Andaluz de Salud continuó sin reconocer la necesidad de garantizar una organización preventiva en los centros sanitarios hasta la orden de 2004. “A partir de aquí comenzaron a contemplar nuestra figura y crear alguna que otra convocatoria de puesto de trabajo temporal para enfermeras especialistas del trabajo, aunque seguía siendo una cifra insuficiente para garantizar la calidad asistencial y seguridad de los profesionales sanitarios”.
Tiempo después, llega la siguiente transformación de este perfil profesional con el desarrollo de las especialidades enfermeras en el año 2005. “Este Real Decreto supuso que pasáramos a identificarnos como Enfermeros Especialistas en Enfermería del Trabajo, modificándose de igual forma los requisitos de acceso a la especialidad. A partir de aquí, entran en juego las convocatorias que todos conocemos hoy en día vía EIR” expone Gema.
El COVID-19: ¿Qué importancia adquiere la vigilancia de la salud?
No obstante, para esta enfermera, la transformación más grande ha llegado con la crisis sanitaria del COVID-19. “La pandemia ha supuesto un avance para todo lo que es la prevención. Ha aumentado en cifras la contratación de la enfermera del trabajo, ha provocado un acercamiento a la sociedad y ha visibilizado la importancia de prevenir la enfermedad y mantener la salud tanto en los sanitarios que estaban cuidando a las personas enfermeras como en el resto de puestos de trabajos esenciales”.
Ante la situación de emergencia y urgencia, el Gobierno decidió poner en manos de los servicios de Prevención de las empresas toda la gestión de las necesidades derivadas del COVID-19. “Esto realzó nuestra figura, nos vimos convertidos en piezas indispensables de apoyo a corporaciones; interlocutores con los empresarios para identificar posibles casos y herramientas para garantizar la salud en el ámbito laboral” desarrolla la enfermera.
En consecuencia, hoy por hoy, habiendo casi superado la pandemia, la enfermera especialista del trabajo se ha convertido en uno de los perfiles más demandados, pieza clave para la prevención, promoción y protección de la salud. Sin embargo, como resalta la colegiada, “Andalucía se enfrenta aún a una preocupante falta de enfermeras especialistas del trabajo para cubrir todas las ratios que se necesitan. Es preciso ampliar las plazas de formación y apostar por esta figura desde los servicios de salud de nuestro sistema sanitario público. Es importante cuidar a quien nos cuida” ha reivindicado Gema.
La salud como responsabilidad
La base de una enfermera del trabajo pasa por conocer el funcionamiento de la empresa y los riesgos a los que se expone cada trabajador. “Es muy importante tener un contacto fluido y directo con los técnicos que realizan la evaluación de riesgos de la empresa, así como ganarte la confianza y garantizar el cuidado de la salud físicas, emocionales, higiénicas y psicológicas de nuestros trabajadores”.
Además, como resalta la colegiada de Málaga, la responsabilidad y funciones del Enfermero Especialista en Enfermería del Trabajo se limitan exclusivamente a vigilar la salud y proporcionar atención sanitaria, sino a toda aquella circunstancia que afecte a la salud de los trabajadores; también en el ámbito de la promoción de la salud y educación sanitaria. “Llevamos a cabo actividades de formación y seguimiento que van desde prevención de accidentes de riesgos biológicos, educación en hábitos saludables de nutrición, consejos de práctica deportiva, envejecimiento saludable, asesoramiento especializado a mujeres… A mí siempre me gusta decir que la enfermera del trabajo es inversión de futuro porque todas las campañas de educación para la salud que se pueden implementar desde la educación primaria, podemos abordarlas desde la Enfermería del Trabajo con nuestros trabajadores” explica la sanitaria.
Sin embargo, para Gema, la enfermera especialista en Enfermería del Trabajo es un perfil que todavía no cuenta con el reconocimiento que merece. Para ella, la solución pasa por visibilizar la repercusión de la vigilancia de la salud de los trabajadores y la esencial y valiosa labor desarrollada por esta figura profesional especializada.