¿Sabías que la enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología es la profesional encargada de apoyar y acompañar a la mujer en el proceso de cambios durante el climaterio, ayudándole a solucionar todos los problemas asociados? Nos lo cuenta Sandra Azuaga Salido, enfermera especialista en obstetricia y ginecología del Hospital Materno Infantil de Málaga.
Desde el año 2000, se conmemora cada 18 de octubre el Día Mundial de la Menopausia. Una fecha que eligieron de forma conjunta la Sociedad Internacional de la Menopausia (SIM) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para concienciar a la sociedad sobre la necesidad de prestar atención y cuidados a la salud reproductiva de las mujeres.
Y es precisamente la enfermera especialista en Obstetricia y Ginecología quien cumple un papel esencial en la etapa de menopausia, apoyando y acompañando a la mujer; además de ofrecer, desde su conocimiento y amplia experiencia, recomendaciones esenciales para cultivar un nivel óptimo bienestar y calidad de vida.
Sin embargo, la matrona, profesional al servicio del cuidado de la mujer, socialmente sigue considerándose vinculada con la atención al embarazo y puerperio, y, sobre todo, al momento del parto. Por ello, hoy con motivo de esta efeméride, el Colegio quiere dar a conocer el verdadero rol de la matrona, una pieza clave para la promoción de la salud, prevención de la enfermedad y el manejo de síntomas de esta etapa de la vida.
“El climaterio es un proceso natural que afecta a todas las mujeres, pero aún continúa siendo un tema silenciado o tabú” explica Sandra Azuaga Salido, enfermera especialista en obstetricia y ginecología del Hospital Materno Infantil de Málaga. De hecho, aclara la colegiada, “en muchas ocasiones los términos menopausia y climaterio se confunden y se usan de manera sinónima. La menopausia es la ausencia de menstruación durante 12 meses mientras que el climaterio es un periodo de transición desde la etapa reproductiva de la mujer hasta la etapa no reproductiva”.
Cambios durante en climaterio
La edad de presentación de la menopausia se sitúa entre los 45 y los 55 años, con una media alrededor de los 50 años. Durante esta etapa, como explica Sandra, la mujer se enfrenta a una serie de cambios, a nivel biológico, psíquico, psicológico y sociales.
De un lado, desarrolla la enfermera, “los cambios biológicos tienen un suceso clave que es la caída de los estrógenos”. Entre ellos, los que más molestias producen son la sequedad, escozor y picor vaginal, sensación de presión y peso en la vagina, dolor durante las relaciones sexuales, sangrados postcoitales, infecciones e incontinencia urinaria, prolapsos genitales, reducción del tamaño de mama, piel del cuerpo fina y reseca aumentando las arrugas y el picor, aumento del colesterol LDL y del colesterol total, así como una disminución del HDL, menor densidad ósea y aparición o agravamiento de la osteoporosis.
De otro lado, prosigue Azuaga, “los cambios psíquicos más frecuentes son insomnio, mayor nivel de ansiedad, disminución en la capacidad de concentración, pérdida de memoria, irritabilidad, cambios de humor, tristeza y depresión leve”.
Sin embargo, incide la profesional, “es conveniente saber que existen otros factores clave que van a determinar la vivencia de cada mujer en esta etapa de la vida, jugando un papel fundamental en la aparición de la sintomatología psíquica”. Por ejemplo, los factores psicológicos como la autoestima, la aceptación de la propia imagen y de acontecimientos vitales de gran impacto…; sociales como los cambios en la estructura familiar y en la función parental y de cuidado de hijos; y culturales como pueden ser los estereotipos negativos hacia la menopausia por pérdida de la capacidad reproductiva.
Labor de la Enfermera: cuidado, apoyo y acompañamiento
La Enfermería especialista en Obstetricia y Ginecología sirve de brújula para empoderar a la mujer en un proceso de reconocimiento, aceptación y manejo de cada uno de los cambios a los que se va a enfrentar en esta etapa de su vida. “Nuestro objetivo principal pasa por mejorar su calidad de vida y bienestar, pero no es nuestra única misión. Desde nuestro ámbito profesional luchamos para erradicar falsos mitos y estereotipos discriminatorios sobre el climaterio y la menopausia. Trabajamos con la comunidad, con la sociedad a través de programas de educación sanitaria dirigida a la ciudadanía” expresa la enfermera.
Como apunta la colegiada de Málaga, “la consideración social de la menopausia varía a lo largo de la historia, encontrándose estrechamente ligada a la consideración social que de la mujer y su sexualidad han tenido las diferentes culturas y religiones. Los estereotipos sociales negativos, la información contradictoria y el sesgo cultural hacen que muchas mujeres esperen o vivan este periodo con temor y malestar”.
Atención primaria: clave para el cuidado de la mujer
La relación de la Enfermera Especialista en Obstetricia y Ginecología con la mujer es estrecha, prestando cuidados durante todo su ciclo vital, no sólo durante la etapa sexual y reproductiva que es donde más visibilidad social tenemos las matronas, sino también, en otras etapas de su vida como es esta del climaterio y la menopausia.
En este sentido, destaca la enfermera, “la Atención Primaria de salud es el escenario ideal para el desarrollo de esta relación profesional matrona-mujer”. Sin embargo, en nuestro Sistema Sanitario Público Andaluz, a pesar de contemplarse dentro de la cartera de servicios la atención al climaterio y menopausia, no existe como tal un programa de atención a la mujer durante esta etapa.
Por ello, reivindica Sandra, “al igual que está perfectamente implantado el Programa de Atención Integral al Embarazo, Parto y Puerperio, se debería de trabajar, desde todos los ámbitos, para implantar un Programa de Atención Integral al Climaterio donde la matrona sería la puerta de entrada y uno de los profesionales claves para llevarlo a cabo”.
Menopausia: ¿Cuáles son las recomendaciones de la Enfermería?
En la actualidad, como explica la enfermera, “las estrategias habituales para tratar los síntomas leves derivados de la menopausia son los tratamientos no farmacológicos y potenciar el cambio de estilo de vida hacia hábitos saludables a través de una importante estrategia de promoción de la salud y educación sanitaria”. Entre ellos, destaca:
- La práctica de ejercicio físico puede, aunque de forma leve, aumentar la densidad mineral ósea y así disminuir el riesgo de fracturas y osteoporosis
- La rehabilitación y la práctica de ejercicios ayudan a potenciar la musculatura del suelo pélvica. Además, la reeducación vesical, en caso de incontinencia urinaria, ha mostrado gran eficacia para aliviar y mejorar los síntomas derivados de la misma.
- La alimentación resulta pieza clave. Es importante fomentar una dieta sana y equilibrada, mantener un peso adecuado y disminuir las grasas saturadas y la ingesta de carne en favor de la de pescado.
- El abandono de hábitos tóxicos como el tabaco, alcohol y cafeína, ya que el tabaco y el consumo excesivo de alcohol está asociado tanto a una menor densidad ósea como a un aumento de las fracturas. En añadido, señala la enfermera, controlar la ingesta de cafeína es recomendable para la prevención de la osteoporosis.
- Las técnicas de relajación ayudan a disminuir los sofocos y las terapias cognitivo-conductuales, además fomenta una reducción del estrés basada en la atención plena; siendo herramientas muy aptas para la prevención de síntomas vaginales
- El uso de cremas hidratantes, geles y lubricantes vaginales mejoran la sequedad vaginal y el dolor durante las relaciones sexuales
- El consumo de fitoestrógenos. De estos tres grupos, las isoflavonas han mostrado un efecto beneficioso modesto en el tratamiento de los síntomas vasomotores.