El Colegio de Enfermería de Málaga se suma a la reivindicación de un modelo que respete la formación y competencias de los especialistas y estabilidad.
La implantación de la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria (EFyC) en Andalucía ha generado una gran preocupación en el ámbito sanitario. Desde el Colegio de Enfermería de Málaga nos unimos al llamamiento realizado por el Consejo Andaluz de Enfermería (CAE) para exigir a la Consejería de Salud y Consumo que esta especialidad se desarrolle bajo unos criterios homologables al resto de comunidades autónomas y en consonancia con los planes formativos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Actualmente, la implementación de la especialidad se está realizando con un enfoque limitado, restringiendo las competencias de los especialistas y generando inseguridad jurídica para los profesionales, que no ven plenamente reconocida su formación en el ámbito asistencial. Además, la reciente oferta de solo 411 plazas estructurales en Andalucía es insuficiente para responder a las necesidades del sistema sanitario.
El presidente en funciones del Colegio de Enfermería de Málaga, José Miguel Carrasco, ha destacado la importancia de garantizar que los especialistas en EFyC puedan desempeñar sus funciones de manera integral:
«No podemos permitir que se imponga un modelo que limite las competencias de los enfermeros especialistas en Familiar y Comunitaria. Es imprescindible una planificación adecuada que garantice estabilidad, reconocimiento y oportunidades para estos profesionales, que juegan un papel clave en la Atención Primaria y en la salud de la población.»
Asimismo, desde el Colegio de Enfermería de Málaga insistimos en la urgente necesidad de la creación de una bolsa única de empleo para la categoría de EFyC, que permita consolidar plazas estructurales y garantizar que estos profesionales puedan ocupar puestos acordes a su especialización. Sin una regulación clara y sin incentivos para la creación de nuevas plazas, Andalucía seguirá perdiendo talento enfermero en favor de otras comunidades autónomas que sí ofrecen estabilidad y reconocimiento a los especialistas.
Además, la falta de equiparación con los estándares nacionales y europeos puede provocar un impacto negativo en la calidad asistencial en Atención Primaria, desaprovechando la formación de estos profesionales y afectando directamente a los pacientes.
«Es fundamental que se reconozca el papel de la Enfermería Familiar y Comunitaria en su totalidad, sin restricciones arbitrarias que limiten su ejercicio. Estamos hablando de profesionales que garantizan la continuidad de cuidados, el acceso equitativo a la sanidad y la promoción de la salud en la comunidad. Su papel es clave y debe ser respetado», añade Carrasco.
Desde el Colegio de Enfermería de Málaga reiteramos nuestro compromiso con la defensa de los intereses de los profesionales y la mejora del sistema sanitario, instando a la administración a corregir este modelo y a establecer un marco adecuado para la especialidad de Enfermería Familiar y Comunitaria en Andalucía.