Desde hace varios años, los colegios provinciales en colaboración con este Consejo y el CGE han demandado la prohibición del tabaco incluso en el vehículo privado por el riesgo que entraña la exposición a sustancias nocivas y cancerígenas por parte de los ocupantes del coche.
Ante la intención del Ministerio de Sanidad de endurecer las medidas de lucha contra el tabaquismo mediante un nuevo Plan Integral que contemple más restricciones al cigarrillo en espacios públicos abiertos o incluso en el ámbito privado, como los coches, el Consejo General de Enfermería (CGE) considera muy acertada cualquier medida que se ponga en marcha para evitar la exposición de la población a las sustancias perniciosas del tabaco en cualquiera de sus formas. Así, José Miguel Carrasco, presidente de las 43.000 enfermeras andaluzas asegura que esta nueva propuesta de medida «evita la exposición pasiva de la población al humo, por lo que disminuyen los riesgos del tabaco. El tabaquismo es el primer problema de salud pública que se puede prevenir en los países desarrollados y, por ello, su abordaje debe incluir estrategias para evitar la incorporación de nuevos fumadores, aumentar el número de exfumadores y evitar la exposición al humo ambiental del tabaco.
En este sentido, cabe destacar que la enfermería andaluza celebra especialmente que el Gobierno recoja una de las demandas de la Enfermería desde hace varios años como es la prohibición de fumar, no sólo en el transporte público, sino en el vehículo particular. Asimismo, recuerda que el tabaco es el responsable de 60.000 muertes al año.
Hace casi cuatro años, el Consejo General de Enfermería emprendió una campaña -bautizada como «Coche sin humo»- para exigir a las autoridades la prohibición del tabaco en el vehículo privado, tal y como ya han hecho otros países de nuestro entorno. De hecho, numerosos estudios científicos alertan de lo nociva que es la concentración de sustancias tóxicas en un habitáculo cerrado y cómo pueden perdurar en el tiempo en superficies como la tapicería u otros componentes. Y por supuesto, en el ámbito de la conducción y la circulación, la manipulación del cigarro implica un riesgo de distracción evidente.
Si bien España ha dado pasos importantes en la lucha contra el tabaco, lo que, seguro que ha evitado muchísimas muertes, queda un camino por recorrer. Cuando se empezó a legislar en esta materia hubo agrias polémicas que ya han quedado atrás. ¿Quién duda ahora de que los restaurantes, edificios públicos, entornos laborales, escolares o sanitarios libres de humo no contribuyen al bienestar de la población y es una gran medida de salud pública? Las enfermeras españolas solicitan que se rehúya la polémica y que se dé luz verde a unas nuevas medidas, evolución de las vigentes, que redundan en beneficio de todos.