Un proyecto que bajo la denominación de “Norma ESCALEM”, recoge una serie de recomendaciones y acciones que deberían cumplir los profesionales sanitarios, y especialmente la Enfermería, en la atención a los pacientes con esta patología, mejorando los procedimientos y resultados, además de garantizar en todo momento la calidad asistencial y seguridad del paciente.
Todos los colegiados interesados en conocer este documento, elaborado por un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario Gregorio Marañón pueden consultarlo aquí.
La Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) ha publicado una guía bajo el título “Norma para la certificación de la atención de los pacientes con esclerosis múltiple. Estándares de calidad para la esclerosis múltiple (Norma ESCALEM)”.
En concreto, se trata de un documento elaborado por un grupo de trabajo multidisciplinar, entre los que se encuentra una enfermera del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
Por su parte, el proyecto profundiza en un conjunto de recomendaciones que deberían cumplir las unidades que atienden a los pacientes con Esclerosis Múltiple y cómo las mismas, mejorarían sus procedimientos y resultados. “Es importante continuar avanzando en la formación, mantener una actualización constante y conocer la última evidencia disponible en pro del bienestar, en todo momento, del usuario que acude al sistema de salud” explica José Miguel Carrasco, presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE).
En la guía se integran un conjunto de estándares que pueden servir de base para la certificación de los diferentes niveles de calidad con la que los pacientes pueden ser atendidos en las Unidades de Esclerosis Múltiple o, en su ausencia, en las estructuras sanitarias destinadas a la atención de este tipo de pacientes.
Labor enfermera
Un contexto en el que el CAE quiere destacar los esenciales cuidados que la Enfermería ejerce en el paciente con esclerosis múltiple, una enfermedad con la que desgraciadamente se convive de manera permanente.
La Enfermería lidera funciones esenciales como el desarrollo de un plan de cuidados especializados, el mantenimiento y fomento de la autonomía del paciente, la estrategia de educción para la salud, el control de la adherencia al tratamiento, la prevención de complicaciones secundarias, así como la detección de riesgos o problemas para la salud logrando una mejor adaptación a la enfermedad y, en definitiva, una mayor calidad de vida para ellos.