La nueva presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, la enfermera Paula Gil Leyva, visita la sede del CGE para compartir las últimas iniciativas de la ONG y los objetivos que se ha marcado durante su etapa al frente de una organización que, por primera vez, tiene una enfermera al frente y en la que las enfermeras constituyen gran parte de su plantilla.
La vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, Pilar Fernández y la recién elegida presidenta de Médicos Sin Fronteras España, la enfermera Paula Gil Leyva, han mantenido una reunión para analizar el papel de las enfermeras en el escenario internacional y conocer las últimas iniciativas de ambas entidades en materia de cooperación internacional, acción humanitaria y formación.
Por primera vez en la historia de Médicos Sin Fronteras en nuestro país, una enfermera ha sido elegida para el cargo, algo que “enorgullece a toda la Organización Colegial de Enfermería. Estamos seguros de que, gracias a la experiencia que acumula Paula Gil sobre el terreno y en materia de gestión de recursos humanos y materiales, la labor de esta importante ONG se va a ver beneficiada por esa visión plural e interdisciplinar que aportan las enfermeras”.
Por su parte, Paula Gil ha explicado a la vicepresidenta del CGE que, dentro del personal sanitario de la ONG, las enfermeras y auxiliares de enfermería son los profesionales sanitarios más numerosos y que hay destacadas enfermeras y enfermeros coordinando a todos los equipos de Médicos Sin Fronteras en distintos países de todo el mundo. Asimismo, ha trasladado los problemas crecientes de acceso a las poblaciones y a los pacientes, las cada vez mayores dificultades para poder prestar ayuda humanitaria.
Otro de los temas que han abordado es cómo el COVID-19 ha golpeado con dureza al personal sanitario, sobre todo en países de renta media y baja, en los que ha habido entre 80.000 y 180.000 sanitarios fallecidos -según las estimaciones- a causa de la pandemia lo que, a su vez, repercute en la salud de las poblaciones más vulnerables debido al cierre de estructuras de salud, a la paralización de programas de lucha contra la malaria, el VIH o la tuberculosis, o a la suspensión de campañas de vacunación para combatir enfermedades como el sarampión, que afectan mayoritariamente a la población infantil. La mayor parte de los fallecidos son profesionales sanitarios de países que, por cierto, no han tenido acceso a la propia vacuna contra el COVID-19 a pesar de ser los que están conteniendo la pandemia.
Al término del encuentro, Gil ha declarado que “hay muchos espacios de colaboración entre Médicos Sin Fronteras y el Consejo General de Enfermería, esta es la casa de todas las enfermeras que trabajan con nosotros” y ha valorado “el importante trabajo que hace el Consejo para dar visibilidad al sector de la enfermería”.
Uno de estos puntos de colaboración se basa en la difusión que va a hacer el Consejo General de Enfermería de la labor de los profesionales sanitarios en el área de la cooperación internacional, un apartado no tan conocido para la mayor parte de las enfermeras españolas.