El 80% de los casos de maltrato tiene lugar en el seno familiar.
Las enfermeras escolares pueden advertir que detrás de un dolor de cabeza frecuente, de un agotamiento que se prolonga en el tiempo o de determinadas marcas físicas, como moratones o quemaduras, puede haber un caso de maltrato infantil.
Una urgencia en un domicilio puede ser la puerta de entrada de la enfermera a un escenario en el que se advierta que un niño está siendo maltratado: suciedad, desorden o signos evidentes de abuso de alcohol en un hogar donde vivan menores deben llevar al profesional a indagar un poco más.
El maltrato físico, el acoso psicológico y el ciberacoso, el abuso sexual o la desatención son sólo algunas de las formas de maltrato infantil más frecuentes. Un problema que se ha incrementado desde la pandemia y que se estima afecta ya a uno de cada 5.000 niños en España. El 80% de los casos de maltrato tiene lugar en el seno familiar y eso dificulta su detección. Por ello, desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE) nos sumamos al posicionamiento emitido por el Consejo General de Enfermería abogando por impulsar la presencia de enfermeras escolares en los centros educativos, ya que su formación y cercanía con los alumnos permiten detectar signos de alerta que de otra forma podrían pasar inadvertidos.
Enfermeras escolares: clave
En el caso concreto de las enfermeras escolares, se debe apostar por su implantación en todos los centros educativos. No debemos olvidar que gran parte de estos casos de maltrato tienen lugar dentro del hogar y es en el colegio donde los niños se encuentran fuera de ese entorno.
La formación y proximidad de las enfermeras escolares les permiten advertir comportamientos y señales físicas que a otros profesionales les pueden pasar inadvertidos, tanto si el maltrato tiene lugar en el seno familiar como fuera de él, incluido el propio colegio o el ciberacoso, cada vez más frecuente.
Por eso, su integración en los equipos de trabajo de los centros educativos es esencial para activar cualquier posible alerta.
Entre los signos y síntomas de alarma pueden encontrarse algunos como la falta de higiene, el cansancio y la apatía, magulladuras, moratones o quemaduras y dolores de cabeza o de estómago frecuentes y sin causa aparente.
Urgencias extrahospitalarias: puerta de entrada
Precisamente, el Consejo General de Enfermería participa hoy en las II Jornadas Nacionales Enfermería y Protección a la Infancia, un encuentro en el que enfermeras expertas en el manejo del maltrato infantil se centran en cómo deben actuar estos profesionales cuando se encuentran ante un posible caso de este tipo, una situación que puede detectarse también en el ámbito de las urgencias extrahospitalarias.
Acogida infantil
Durante la Jornada se ha tratado también otro tema al que el Consejo General de Enfermería es especialmente sensible: la situación de los menores que viven en centros de acogida y presentan una enfermedad poco frecuente. Estos, además, en algunos casos, proceden de hogares en los que también han sufrido algún tipo de maltrato. En otros no es así y son familias que, por distintas circunstancias, como falta de recursos, no pueden hacerse cargo de ellos y los niños son atendidos por el sistema de protección a la infancia.
Como explica Pilar Fernández, vicepresidenta del CGE, “hace ya cuatro años desde que comenzamos a trabajar mano a mano con FEDER para estudiar la situación de estos menores. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que si ya de por sí la acogida era un tema desconocido, cuando añadíamos el apellido ‘enfermedad rara’ al desconocimiento se sumaba el miedo. El resultado era el rechazo a plantearse siquiera la posibilidad de acoger a uno de estos niños”.
Fue entonces, añade, cuando “dentro del programa Acoger que ya tenía FEDER, pusimos en marcha el proyecto Acoger Plus Enfermera, una iniciativa para promover la acogida de niños con enfermedades raras entre nuestras enfermeras. Y es que contábamos con un plus, como dice el propio nombre de esta acción porque a nosotras, como profesionales de los cuidados, no nos asusta hacernos cargo de una persona que presenta un problema de salud”.