El virus del papiloma humano (VPH) es un virus que infecta a la mayoría de las personas en algún momento de la vida, habitualmente por transmisión sexual. De hecho, actualmente es la infección de transmisión sexual más frecuente tanto a nivel mundial como en nuestro entorno, por encima de otras como la sífilis, gonorrea, VIH, clamidia…
Desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE) recordamos que la mejor manera de prevenir la infección por el VPH es con la vacunación. Esta vacuna es muy efectiva para prevenir la infección por el VPH y sus consecuencias, como las verrugas genitales y las lesiones precancerosas y cancerosas.
El Virus del Papiloma Humano produce una infección de transmisión sexual con gran trascendencia en la actualidad e importantes consecuencias sanitarias a nivel epidemiológico. De hecho, actualmente es la infección de transmisión sexual más frecuente tanto a nivel mundial como en nuestro entorno, por encima de otras como la sífilis, gonorrea, VIH, clamidia… Por su parte, la característica negativa más importante que define a este virus es que es de los pocos que puede producir cáncer. La buena noticia es que se puede prevenir.
Para la Enfermería andaluza, prevenir la trasmisión de la infección por Virus del Papiloma Humano (VPH) es el objetivo prioritario, mediante la inclusión en el calendario vacunal de la vacuna tetravalente comercializada, así como con la realización de educación sanitaria a la población de riesgo y la realización del cribado mediante citologías periódicas en las mujeres.
¿Cómo se transmite el virus del papiloma?
El virus del papiloma humano (VPH) se transmite principalmente a través de uno o varios contactos sexuales. La mayoría de las personas se infectan poco después del inicio de la actividad sexual si no se han vacunado. Pero no es necesario que haya sexo con penetración para que se produzca la transmisión. El contacto genital de piel con piel, incluido el sexo oral, es un modo de contagio claramente demostrado, y los preservativos no son capaces de evitar del todo la transmisión. El virus suele transmitirse de forma “silenciosa”. En la mayoría de los casos, las personas que transmiten el VPH no tienen ningún síntoma ni lesión en sus mucosas genital u oral.
¿Puede el papiloma producir cáncer de cuello de útero?
En las mujeres, si la infección por ciertos tipos del virus del papiloma humano (VPH), sobre todo VPH-16 y VPH-18 persiste en la zona genital, puede producir lesiones precancerosas, premalignas que, si no se detectan y se tratan, pueden evolucionar hasta el cáncer de cuello de útero. Para ello, el cribado del cáncer de cuello de útero es una prueba de vital importancia para detectar las posibles lesiones precancerosas antes de que se desarrolle el cáncer.
La prueba clásica que se hace es la citología. Una prueba que, de manera general, se viene realizando a partir de los 25 años de edad. Un resultado anormal en las pruebas de cribado hace que se deba realizar un estudio más detallado para evaluar lesiones del cuello del útero, como la colposcopia y la biopsia del cuello de útero.
¿Cómo puedo prevenir la infección del papiloma?
Desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería (CAE) se recuerda que la mejor manera de prevenir la infección por el VPH es con la vacunación. Esta vacuna es muy efectiva para prevenir la infección por el VPH y sus consecuencias, como las verrugas genitales y las lesiones precancerosas y cancerosas. En resumen, la vacuna del papilomavirus previene cáncer.
Desde 2021, en Andalucía se emplea la vacuna Gardasil 9 que aporta protección contra los 9 tipos de papilomavirus más frecuentes en España, abarcando el 90% de los que circulan. Una vacuna que se recomienda a todas las chicas de 12 años con el objetivo de que tenga la mayor efectividad posible.
En cuanto a la pauta de administración, las enfermeras recuerdan que cuando la vacuna Gardasil 9 se administra entre los 12 y los 14 años, la pauta es de 2 dosis, separadas por al menos 6 meses. En cambio, si la vacunación se inicia a partir de los 15 años, la pauta es de 3 dosis.
En cuanto a los efectos secundarios de la vacuna, destacan algunos síntomas leves como dolor, enrojecimiento o hinchazón en el brazo, cansancio, fiebre, dolor de cabeza, náuseas, dolor en músculos o articulaciones y mareos.