Ana María Ruiz, la enfermera que puso en marcha la biblioteca del hospital del IFEMA en plena pandemia, ha sido una de las grandes impulsoras de esta obra que hoy ha sido presentada en la sede histórica del Consejo General de Enfermería.
Natividad López Langa, una de las autoras de los 101 relatos que se recogen, ha plasmado en su narración la importancia de la enfermera escolar: “un trabajo duro e invisible que me ha hecho crecer personal y profesionalmente”.
Todos los fondos que se recauden con las ventas de este libro irán destinados a fines solidarios.
Esta es la historia de Bokhee, enfermera de Los Ángeles que se saca un sobresueldo haciendo de extra en las escenas de quirófano de Anatomía de Grey; la de Litz Smith, enfermera de Massachusetts que adoptó a un bebé abandonado en el hospital donde trabajaba, y más cerca, la de Teresa Miralles, enfermera e historiadora española que ha hecho de los sellos la pasión de su vida. Estas son sólo tres de las 101 historias que se recogen en el libro de relatos que hoy se ha presentado en la sede histórica del Consejo General de Enfermería: “101 relatos de la enfermería”.
Se trata de una obra muy especial porque, de un lado, pretende recordar hechos y personajes relacionados con la enfermería aportando una dosis de ficción; y de otro, han sido precisamente enfermeras y enfermeros quienes se han encargado de narrar las historias y darles ese barniz novelado.
Entre esas enfermeras a cargo de la narración se encuentran Natividad López Langa, presidenta de AMECE (Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar) y Ana María Ruiz, del SUMMA 112.
En su historia, Natividad recoge la de Angela Fornan, enfermera de Illinois que decidió atender a un niño que tras pasar por la UCI pediátrica donde ella trabajaba, circunstancias de la vida, acabó adoptándolo. Ana María, por su parte, rescata la historia de Gabrielle Bossis, que sirvió en las misiones de Camerún, por lo que fue condecorada.
Para ambas, participar en este libro ha sido una oportunidad para contribuir al reconocimiento de la profesión y al mismo tiempo abandonarse a la creatividad mediante el relato a partir de un personaje real.
Origen
La implicación de Ana María va más allá del propio relato del que es autora. Ella fue una de las impulsoras de la biblioteca del hospital de campaña de IFEMA en plena pandemia, acción que la llevaría luego a la gala de los Goya para entregar el Premio a la Mejor Película.
Todo ello tuvo una gran repercusión y de ahí que la editorial solidaria Vinatea decidiese contar con ella para la puesta en marcha de uno de sus proyectos con más personalidad: la serie Antologías Profesionales cuyo primer título sería “101 relatos bibliotecarios”. Su participación en el proyecto llevó a Ana María a proponer la creación de un segundo título para la serie. Llegaría así “101 relatos de la enfermería”.
Como explica el director de esta editorial, Salvador Raga Navarro, “conocí a Ana María Ruiz por los medios de comunicación y cuando pusimos en marcha el libro de bibliotecarios tuve claro que quería contar con ella. Como contrapartida, fue ella quien sugirió que debía hacerse un libro de relatos enfermeros, estaba absolutamente convencida del potencial de la profesión en un proyecto como este y debo reconocer que desde que nos pusimos en marcha ha sido ya un no parar. El libro acaba de publicarse y está teniendo una acogida impresionante. Estamos muy satisfechos de esta colaboración”.
Contenidos
“La obra recoge historias o personajes que hayan sido relevantes para la enfermería por algún motivo y son enfermeras las que se encargan de convertirlas en un relato de 1200 palabras”, explica Ana María Ruiz. El resultado es un equilibro entre realidad y ficción que sirve de homenaje a una profesión, la enfermera. “Es un libro muy especial porque nuestra profesión también lo es y eso es algo que se refleja en la ternura y la generosidad de lo que yo he llamado la tinta enfermera”, continúa.
Junto a ella, Natividad López Langa también ha sido clave en el desarrollo de este libro y es que además de autora ha sido una de las encargadas de reclutar enfermeras interesadas en narrar estas historias. “Desde el principio me atrajo la idea de participar. Además de un homenaje a la enfermería se trata de una acción solidaria ya que todos los libros que publica esta editorial, Vinatea, tienen un fin solidario”, explica.
Enfermera escolar
En su caso, Natividad eligió un relato relacionado con la enfermería escolar, su ámbito de actuación: “Mi relato es autobiográfico y con él he intentado reflejar toda una vida de trabajo en un colegio de educación especial en España. Un colegio donde están escolarizados alumnos de gran complejidad, con patologías crónicas que precisan de muchos cuidados intensivos e incluso de cuidados paliativos. Es un trabajo duro e invisible para la sociedad, pero que a mí, tras 43 años de trabajo, me ha proporcionado un enorme crecimiento personal y desarrollar una profesión, la enfermera, que me apasiona”.
Apoyo institucional
El libro ha sido presentado hoy en la sede histórica del Consejo General de Enfermería que, como explica su vicepresidenta primera, Pilar Fernández, ha querido dar su apoyo a este proyecto: “en cuanto se pusieron en contacto con nosotros para presentar el libro en nuestra sede histórica nos pusimos manos a la obra sin dudar. Es una iniciativa maravillosa que sirve de homenaje a nuestra profesión y lo hace más allá de la pandemia. Desde 2020, es cierto que se tiende a encasillarnos en nuestro papel en la lucha frente al COVID-19, pero nuestro compromiso con la salud de la población y la sociedad es previo a la pandemia y continúa más allá de ella. Los relatos que se recogen aquí son muestra de ello y están llenos de emoción y ternura. Estamos muy satisfechos con el resultado y orgullosos porque dan fe del gran trabajo que nuestras enfermeras llevan a cabo tanto dentro como fuera de España. Además, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que existe un gran potencial literario entre nuestras profesionales”.