Cada 30 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), que se identifica bajo el símbolo de un lazo, una cinta o una pulsera de color azul claro.
Son trastornos mentales que generan un comportamiento patológico frente a la ingesta de alimentos y una obsesión por el control del peso, que termina por provocar daños en la salud física y en el comportamiento psicológico y social del individuo.
Hoy, 30 de noviembre de 2022, se celebra el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Una efeméride que, de acuerdo a la cada vez mayor incidencia de este tipo de trastornos psicológicos en nuestro país, el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería quiere hacer visible.
Si bien es cierto que este tipo de patologías pueden aparecer a cualquier edad y circunstancia, los últimos estudios realizados en España muestran una tasa de prevalencia de TCA en la población adolescente del 4,1-4,5% entre los 12 y los 21 años. Una realidad basada en los cambios que durante la adolescencia vienen sufriendo la personalidad, la autoestima y el rol social.
Sobre los TCA
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) se pueden reconocer por un patrón persistente de comer no saludablemente o de hacer dietas no saludables. Estos patrones de conducta alimentaria están asociados con angustia emocional, física y social.
Entre los TCA más frecuentes se encuentran la anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, atracones de comida, vigorexia y la ortorexia.
Factores de riesgo
Aunque se desconoce la causa exacta de la aparición de los trastornos alimenticios, se cree que se producen por la asociación de varios factores, incluyendo factores genéticos, biológicos, conductuales, psicológicos y sociales. Los profesionales sanitarios, además, advierten, de que suele ser más frecuente en personas perfeccionistas, con baja autoestima y con dificultad para gestionar las emociones.
Entre los factores individuales encontramos la predisposición genética, los rasgos psicológicos, la baja autoestima, la imagen corporal negativa, la etapa de la adolescencia y el sexo femenino. De hecho, los estudios demuestran que 9 de cada 10 casos afectan a mujeres.
En cuanto a los factores familiares destacan las experiencias vitales negativas o estresantes y el modelo desestructurado. De otro lado, en el ámbito social aparece el modelo de belleza que ensalza la delgadez excesiva, críticas o burlas, e incluso la presión social.
Signos de alarma
En primer lugar, este tipo de personas con esta patología suelen dejar de comer y perder peso, sufriendo alteraciones hormonales incluso pérdida de la menstruación, disminución de la densidad ósea, problemas cardiacos, estreñimiento, caída de cabello, etc.
Sin embargo, no son las únicas consecuencias, ya que también suele afectar al plano psicosocial creando depresión, apatía, ansiedad, aislamiento social…
Retos en la lucha contra los TCA
Para la profesión enfermera de Andalucía uno de los aspectos más esenciales pasa por la detección precoz de la enfermedad y la prevención. Además del restablecimiento físico instaurando hábitos saludables, como una dieta equilibrada y la realización de ejercicio físico de forma periódica.
Para ello, la Enfermería trabaja de primera mano en la prevención de estos trastornos con acciones fundamentales como el desarrollo de la autoestima, fomentar la comunicación, proporcionar herramientas para gestionar las emociones y promover un cambio en la escala de valores instaurada actualmente en nuestra sociedad.