El Consejo Andaluz de Enfermería (CAE) vuelve a reclamar a la Consejería de Salud y Familias el pleno desarrollo e implantación de todas especialidades de Enfermería en nuestra comunidad autónoma. La situación, lejos de mejorar continúa agravándose, en esta ocasión con la dimisión en la práctica totalidad de las enfermeras de Salud Mental que tutorizan la residencia de los alumnos EIR.
REDACCIÓN.- Las continuas y persistentes denuncias elevadas desde este organismo a los diferentes responsables sanitarios en los últimos años en Andalucía y que siguen sin atenderse, han desembocado en la adopción de esta inédita medida, que pone en riesgo la continuidad en la formación de los estudiantes EIR, quienes – llama la atención – además respaldan mayoritariamente esta medida de excepción, por entender que la reivindicación trasciende a sus propios intereses en beneficio de la calidad asistencial de los pacientes y de la ciudadanía andaluza en general.
En este momento, es importante señalar que para que un enfermero o enfermera pueda ser especialista, una vez que ha obtenido el Grado, tiene que prepararse para un examen de acceso a la residencia (EIR), superarlo entre los miles de aspirantes y, posteriormente, cursar los dos años de formación en la especialidad. Para estos nuevos especialistas, al no existir vinculación de plazas con sus especialidades –a excepción de Matrona–, en muchas ocasiones se ven finalmente abocados a trabajar como enfermeros generalistas o a emigrar a otras comunidades en las que la especialización esté adecuadamente implantada. Esta situación provoca además un inasumible despilfarro de los recursos públicos para la ciudadanía andaluza –como viene denunciando el CAE–, dado que el esfuerzo y dedicación que invierten en su formación como especialistas así como el gasto para la Administración que conlleva dicha formación especializada, finalmente no redunda en el avance de la atención sanitaria a los pacientes que requieren estos cuidados.
Todo ello, sumado al hecho de que además la red de servicios de salud mental se encuentra infradotada de recursos y plantillas, provoca un auténtico desagravio para los pacientes y los profesionales que les atienden, ya que impide garantizar los derechos en la atención de las personas con algún trastorno mental, resultando asimismo discriminatoria respecto a otras regiones, en las que las especialidades están integradas con plenos derechos y garantías. Por todos estos motivos, el CAE se reitera en esta exigencia que lleva defendiendo durante mucho tiempo en cada una de las reuniones con la Consejería y la Gerencia del SAS, brindando su firme apoyo a la implantación total de las especialidades enfermeras en Andalucía.
El ‘basta ya’ de los tutores
Además, a todas estas reivindicaciones del CAE y los ocho colegios provinciales, se suma ahora el mencionado episodio que es consecuencia de las mismas: el ‘basta ya’ de las enfermeras de Salud Mental de nuestra comunidad que se está manifestando en las últimas semanas con la dimisión de la mayoría de los tutores y docentes de los residentes de Enfermería de Salud Mental de las unidades docentes multidisciplinares andaluzas. Una decisión en la que cuentan igualmente con el respaldo de las propias enfermeras y enfermeros residentes de la especialidad porque, pese a que su formación pueda quedar en el aire tras la renuncia de sus tutores, son conscientes de que la demora en la implantación total de las especialidades en Andalucía es inasumible, lo que les coloca en una posición de desigualdad respecto a los compañeros de otras comunidades, no sólo a la hora de ejercer sino también durante el período formativo.
Finalmente, desde el CAE se quiere recordar a la Consejería y al SAS que la labor de Enfermería de Salud Mental es crucial en el Sistema Sanitario Público Andaluz, pues se está prestando asistencia a personas con algún trastorno mental que requieren una especial atención y que, en la mayoría de ocasiones, se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. Además, el SAS no está reconociendo la especialidad en las unidades de hospitalización y las comunidades terapéuticas como sí lo hace en el ámbito comunitario, con la consecuente discriminación para los pacientes en función de la unidad en que son atendidos. Así, para la institución que representa a las más de 40.000 enfermeras andaluzas, es un verdadero sinsentido la situación a la que se tienen que enfrentar las enfermeras y residentes debido al retraso en el desarrollo total de las especialidades en nuestra Comunidad Autónoma y, por ello, urge a la Consejería de Salud y Familias a reaccionar e implementar la correspondiente vinculación de plazas a los especialistas en enfermería, ofertando y realizando nuevas contrataciones al objeto de adecuar las ratios de las plantillas de enfermería en Andalucía a la media nacional, de la que seguimos muy por debajo, continuando a la cola del resto de regiones.