Los últimos estudios del Consejo General de Enfermería revelan un déficit crónico de enfermeras en todas las CC.AA. -muy alejadas de la media de la UE-, lo que hace inviable la atención a una población cada vez más mayor y con un incremento de las patologías crónicas.
Independientemente de colores políticos, intereses o situaciones coyunturales, el Consejo General de Enfermería está firmemente comprometido con la ciudadanía y con la supervivencia de un sistema sanitario público, universal y gratuito. Un sistema amenazado por la falta de casi 100.000 enfermeras sólo para igualarnos a la media europea, lejos de los países con cuyos sistemas sanitarios decimos tener de referencia. Sin las enfermeras y enfermeros que España necesita, resulta imposible dar respuesta al envejecimiento de la población y al incremento de las enfermedades crónicas que requieren cuidados específicos.
Desde el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería nos adherimos al CGE para reivindicar una sanidad sin fisuras un sistema sanitario público fuerte, que requiere de los profesionales necesarios. Las denuncias de la falta de enfermeras y la falta de políticas concretas desde las distintas administraciones públicas vienen desde hace décadas. Es un mal endémico de nuestro país que han tolerado e ignorado los responsables públicos desde hace demasiados años. No se refiere a Gobiernos ni regionales, ni centrales, ni tiene que ver con elecciones ni luchas políticas.
Con una media de 652 enfermeras por cada 100.000 habitantes, España ocupa el sexto lugar por la cola en la Unión Europea, donde la media se sitúa en 827. Por debajo de nuestro país sólo están Eslovaquia, Italia, Hungría, Bulgaria, Grecia y Letonia. Entre las comunidades autónomas, sólo Navarra supera la media europea. Le siguen País Vasco, Melilla y Castilla y León. Con los peores datos se encuentran Murcia, Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana e Islas Baleares.
Consecuencias palpables y demostrables
En este sentido, el CAE, en línea con el comunicado emitido por el CGE, recuerda que, el simple hecho de no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años.
De hecho, la proporción entre médicos y enfermeras en España difiere de los países de nuestro entorno. Mientras que, en Europa, de media, hay un 70 por ciento de enfermeras y un 30 por ciento de médicos -en países como Bélgica, 85% frente a 15- en nuestro país hay un sólo un 60 por ciento de enfermeras y un 40% de médicos. Si bien la falta de compañeros médicos es grave -en algunas especialidades muy preocupante- la carencia de enfermeras resulta dramática y viene de muy lejos para lo que habría que aumentar el número de profesionales que se gradúan cada año y frenar el éxodo al extranjero en busca de mejores condiciones profesionales y salariales de las que encuentran en España.