Según la información facilitada por el Plan Estratégico de Vacunaciones de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, los niños padecen de forma muy frecuente la gripe y, en ocasiones, de forma grave. Esto ha llevado a que los profesionales enfermeros prioricen, entre otros colectivos, la vacunación infantil frente a la gripe.
La Consejería de Salud y Consumo, del que forma parte el Plan Estratégico de Vacunaciones, ha publicado un artículo con información contrastada sobre las bases que sustentan la recomendación emitida este año sobre la vacunación de la gripe en niños y niñas.
¿En qué se basa esta recomendación?
En primer lugar, la razón principal en la que se sustentan las administraciones sanitarias para esta recomendación es que los niños y niñas son los que más padecen la gripe. La población infantil es la que padece más casos de gripe cada otoño-invierno en la comunidad. De hecho, los datos extraídos relativos al año 2021/22 demuestra que son los menores de cuatro años son el colectivo con más casos de gripe por cada 100.000.
De otro lado, también existe incidencia en niños y niñas que pueden desarrollar una infección por gripe de gravedad. Todos los años, una serie de niños y niñas tienen que ingresar en el hospital a consecuencia de las complicaciones que produce la gripe. La gran mayoría son niños sanos, sin patologías de base. Una forma de clasificar una gripe en grave es si ha precisado ingreso en el hospital por las complicaciones que produce.
De hecho, los datos arrojados por la Consejería demuestran que los niños y niñas de menos de 4 años de edad ingresaron el pasado año tanto en el hospital como las personas de 65 a 79 años, y solo son superados por los mayores de 80 años.
Por último, el hecho de inmunizar al colectivo infantil, sirve de ayuda para prevenir la gripe en otras personas, a través de un efecto indirecto. En este sentido, como explican desde la Consejería, los niños preescolares y escolares son los principales difusores de la gripe al resto de la comunidad. Esto se debe a varios hechos, pero sobre todo a que los niños tienen una carga viral en sus secreciones mucho mayor y más duradera que los adultos, además del menor cuidado que tienen a la hora de controlar la tos y las secreciones.
Tal y como se ha demostrado en varios estudios, la vacunación de los niños sanos interrumpe la cadena de transmisión y protege indirectamente a otros miembros de la comunidad, incluidos aquellos más vulnerables como las personas mayores, las personas inmunodeprimidas y los menores de 6 meses.
Datos para contrastar
En muchas temporadas, los menores de 5 años ingresan en el hospital por complicaciones de la gripe más que ningún otro grupo de edad, incluso más que los mayores de 65 años. Por ejemplo, en la temporada anterior a la pandemia, durante el año 2019-2020, ingresaron 52 menores de 5 años por cada 100.000, mientras que en los mayores de 65 años ingresaron 40 por cada 100.000.
Durante los 6 años anteriores a la pandemia de COVID-19, en España, de media cada año, la gripe produjo estos problemas graves en menores de 5 años, causando un total de 239 ingresos en el hospital, 822 ingresos en el hospital por complicaciones graves, 249 ingresos en la UCIP y 8 fallecimientos.
Por tanto, como recuerda la Consejería de Salud y Consumo, no se puede menospreciar lo grave que puede ser la gripe en menores de 5 años. A esto hay que sumarle que llevamos 2 años con muy poco contacto con el virus de la gripe debido a las mascarillas y el distanciamiento social, por lo que la inmunidad para defenderse contra el virus puede ser menor comparada con años anteriores.
¿Qué beneficios se esperan al vacunar de gripe a los niños y niñas?
- Disminuir los casos de gripe en la población infantil de 6 a 59 meses.
- Disminuir los casos de gripe grave, la hospitalización y los fallecimientos por gripe en la población infantil vacunada.
- Disminuir los casos de coinfección de gripe con otros virus respiratorios circulantes como el SARS-CoV-2.
- Aumentar la cobertura de vacunación antigripal de la población infantil con patologías de riesgo, que habitualmente no supera el 20%.
- Ayudar a evitar la transmisión del virus a los convivientes y a la comunidad, tanto a población vulnerable vacunada como no vacunada (efecto indirecto o inmunidad de grupo).