Como ha señalado José Antonio Forcada, presidente de Anenvac, durante la celebración del webinario sobre la vacunación a los más pequeños, “la gripe es una enfermedad que puede ser muy grave. En pacientes de riesgo, la gripe mata, por lo que no podemos banalizarla y hablar de “gripalizar”, porque hablamos de un grave problema que produce muertes, ingresos en UCI, ingresos hospitalarios y, sobre todo, produce una gran carga sanitaria”.
En los últimos años, el grupo de edad de menores de cinco años es el que acumula una mayor incidencia de gripe, con entre 5.000 y 6.000 casos por cada 100.000 habitantes, según el Servicio de Vigilancia de la Gripe en España (SVGE) y, salvo los que tienen patologías, no son actualmente considerados grupo objetivo de vacunación de la gripe. Sin embargo, las enfermeras recomiendan que se les vacune frente a esta patología. Así, se ha puesto de manifiesto en el webinar “¿Vacunar a los niños frente a la gripe?”, organizado por el Consejo General de Enfermería, a través de su Instituto Superior de Formación Sanitaria, ISFOS, con la colaboración de AstraZeneca.
Hasta ahora sólo se consideran como grupo objetivo de vacunación a los menores con patologías o factores de riesgo. Sin embargo, tres regiones, Murcia, Galicia y Andalucía, ya han empezado a inmunizar a niños de entre seis meses y cinco años frente a la gripe y Cataluña ya ha anunciado su intención de hacerlo para la próxima campaña de vacunación en 2023. De hecho, el pasado 20 de octubre, el Consejo Interterritorial de Salud aprobaba la recomendación de la incorporación de la vacuna frente a la gripe en el calendario de vacunación para la población infantil entre los seis y los 59 meses para la temporada 2023-2024.
Como explicaba José Antonio Forcada, presidente de la Asociación Enfermería y Vacunas (Anenvac), “hasta un 40% de los niños van a pasar una infección gripal durante esta temporada. Puede que incluso más, porque llevamos dos años de una muy baja circulación de gripe, donde no ha habido apenas infecciones y, por lo tanto, se ha perdido una cierta inmunidad que se va adquiriendo con el paso del tiempo. Inmunidad que los más pequeños no tienen porque no han tenido tiempo de contactar con el virus”.
Y es que, como recordaba Raúl Ayala, enfermero del Centro de Salud Sardinero (Santander), “en el caso de la gripe, el niño es el principal transmisor de la gripe a los adultos. Prueba de ello es que cuando nosotros en las consultas de pediatría empezamos a ver niños con gripe, a la semana, nuestros compañeros de adultos empiezan a ver a sus padres, abuelos o cuidadores con gripe. Para minimizar el riesgo de la gripe y evitar que la transmitan a ancianos o personas con patologías de riesgo hay que vacunar también a los niños”.
Enfermedad grave
Además, como señalaba Forcada, “la gripe es una enfermedad que puede ser muy grave. En pacientes de riesgo, la gripe mata, por lo que no podemos banalizarla y hablar de “gripalizar”, porque hablamos de un grave problema que produce muertes, ingresos en UCI, ingresos hospitalarios y, sobre todo, produce una gran carga sanitaria”.
A este respecto Silvia Bernárdez Carracedo, enfermera de Atención Primaria en el Centro de Atención Primaria El Masnou (Barcelona), subrayaba otro de los argumentos a favor de la vacunación en menores de cinco años: en los niños tampoco es una patología menor. “En la edad pediátrica tenemos tasas de hospitalización muy importantes, que se asemejan mucho a las de la población adulta. Pueden llegar hasta 80-90 casos de hospitalizaciones. Además, en el 85% de los casos graves hospitalizados de menores de 15 años no había factores de riesgo y se dan más casos de muertes pediátricas por gripe en niños que no tenían patologías previas, que son los únicos a los que hasta ahora se recomienda la vacunación”.
Papel de las enfermeras
Como destacaba Pilar Fernández, vicepresidenta del Consejo General de Enfermería, y directora de ISFOS, sobre las enfermeras “recae poner en práctica estrategias que permitan la captación y la medición de las coberturas en los distintos grupos de riesgo. Debemos aprovechar cualquier contacto para establecer la recomendación de vacunación, pues no olvidemos que estamos presentes en muchos ámbitos diferentes: en los centros sanitarios, en los sociosanitarios, pero también en los lugares de trabajo, en los colegios y en algunas instituciones como los ayuntamientos, reforzando así la accesibilidad de la población a las vacunas”.
Sin embargo, para Fernández, también deben predicar con el ejemplo “vacunándonos nosotras también, por responsabilidad ética hacia las personas que atendemos, también por nuestras familias y amigos y por nosotras mismas, pues para cuidar a los demás primero debemos cuidarnos nosotras”, concluía en su intervención.